Entonces será agradable a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén.

Entonces será aceptable como en los viejos tiempos cuando Israel era fiel. Malaquías declara (cap. 1:7) que solían ofrecer pan contaminado en el altar, y animales ciegos, cojos y enfermos para el sacrificio, mientras que la ley requería lo mejor. Los motivos mezquinos, tacaños y deshonestos que causaron tales ofrendas, hicieron de los sacrificios una abominación. Los corazones puros del pueblo de Cristo les permitirán ofrecer sacrificios agradables.

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Nuevo Testamento