ὄχλος πολύς. La caravana de galileos y otros subiendo a Jerusalén para la Pascua. Su número los protegería de los ataques en los peligrosos desfiladeros de montaña que conducen a la capital.

Jericó era en ese momento una ciudad floreciente. Era opulento incluso en los días de Josué debido a la fertilidad de la llanura circundante, su extenso comercio y los metales encontrados en los alrededores. Arrasado hasta los cimientos y sometido a una maldición por Josué, Hiel el betelita lo reconstruyó más tarde y recuperó una parte de su antigua prosperidad. En este período, el comercio de bálsamo fue una fuente principal de su riqueza.


Herodes el Grande embelleció la ciudad con palacios y edificios públicos, y aquí murió. Después de la muerte de Herodes, Jericó fue saqueada y quemada, pero restaurada por su hijo Arquelao.
'Jericó fue una vez más una 'Ciudad de Palmas' cuando nuestro Señor la visitó. Como la ciudad que tan excepcionalmente había contribuido a Su propia ascendencia; como la ciudad que había sido la primera en caer, en medio de tanta ceremonia, ante 'el capitán del ejército del Señor y su siervo Josué', bien podemos suponer que Sus ojos la examinaron con un interés insólito'.—Smith's Bib. dictado Arte. 'Jericó.'

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