Ver. 1. Y saliendo él del templo, uno de sus discípulos le dijo: Maestro, mira qué piedras y qué edificios hay aquí. 2. Y respondiendo Jesús, le dijo: "¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada".

Beda, en Marc., iv, 42: Porque después de la fundación de la Iglesia de Cristo, Judea iba a ser castigada por su traición, el Señor apropiadamente, después de alabar la devoción de la Iglesia en la persona de la viuda pobre, sale del templo, y predijo su ruina venidera, y el desprecio en que pronto se verían los edificios ahora tan maravillosos.

Por lo cual se dice: "Y saliendo él del templo, uno de sus discípulos le dice: Maestro, mira qué piedras y qué edificios hay aquí".

Teofilacto: Porque, ya que el Señor había hablado mucho acerca de la destrucción de Jerusalén, sus discípulos se maravillaron de que fueran a ser destruidos edificios tan numerosos y hermosos; y esta es la razón por la que señalan la belleza del templo, y Él responde que no solo debían ser destruidos, sino también que no se debía dejar piedra sobre piedra.

Por lo cual continúa: "Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada".

Ahora bien, algunos pueden esforzarse por probar que las palabras de Cristo eran falsas, diciendo que quedaron muchas ruinas, pero este no es el punto en absoluto; porque aunque hayan quedado algunas ruinas, en la consumación de todas las cosas no quedará piedra sobre piedra. Además se relata que Aelius Adrian derribó la ciudad y el templo desde los cimientos, para que se cumpliera la palabra del Señor aquí dicha.

Beda: Pero fue ordenado por el poder divino que después de que la gracia de la fe del Evangelio se diera a conocer en el mundo, el templo mismo con sus ceremonias debería ser quitado; no sea que alguno débil en la fe, si viera que aún subsisten estas cosas que Dios ha instituido, caiga poco a poco de la sinceridad de la fe, que es en Cristo Jesús, al judaísmo carnal.

Pseudo-Jerónimo: Aquí también el Señor enumera a sus discípulos la destrucción del último tiempo, es decir, del templo, con el pueblo, y su letra; de las cuales no quedará piedra sobre piedra, es decir, ningún testimonio de los profetas sobre aquellos a quienes los judíos las aplicaron perversamente, es decir, sobre Esdras, Zorobabel y los Macabeos.

Beda: Nuevamente, cuando el Señor salió del templo, todo el edificio de la ley y el armazón de los mandamientos fueron destruidos, de modo que los judíos no pudieron llenar nada; y ahora que le han quitado la cabeza, todos los miembros luchan unos contra otros.

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