Versículo 4. El que dice: Lo conozco, y no lo guardo.

Cualquiera que afirma que conoce a Dios, y no guarda sus mandamientos, Juan dice de tal persona dos cosas: 1. Es mentiroso. 2. La verdad no está en él. Estas son declaraciones temibles. Vienen, sin embargo, de la inspiración. "El que os oye, me oye a mí, y el que me oye a mí, oye al que me envió". La sencillez del discurso aquí es especialmente significativa. Evidentemente, Dios tenía la intención de que su siervo, Juan, no dejara lugar para el error o la metedura de pata.

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Antiguo Testamento