Versículo 1. Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo.

La historia de la predicación apostólica dada por los escritores sagrados muestra que la carga de su mensaje era inducir a creer en el Hijo de Dios. La creencia de que Jesús es el Cristo, aceptado de todo corazón, confesado con la boca, seguido de la obediencia al mandato de ser sumergido, como ordenó el mismo Jesús, hace que uno sea un hijo de Dios nacido de Dios. Si amamos al Padre de quien somos engendrados y nos convertimos así en sus hijos, amamos también a todos los que son igualmente engendrados.

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Antiguo Testamento