Verso 20. Pero vosotros, amados, edificando.

El apóstol ahora se dirige a los hermanos en ferviente exhortación: Estáis edificados sobre el fundamento de Jesucristo; eres parte de su edificio espiritual, el templo que erigió en el mundo. La fe que tenéis es una fe santísima; crees que Jesucristo es el Hijo de Dios; lo tomáis por vuestro Profeta, Sacerdote y Rey; lo reconoces como tu Salvador, tu guía. Ahora, pueden edificarse a sí mismos de nuevo, día tras día, manteniendo sus conexiones y relaciones con su cabeza viviente, por medio de sus oraciones en el Espíritu. Este no es solo su deber, sino el bendito privilegio de los discípulos de Cristo que son hijos de Dios.

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Antiguo Testamento