¿Estoy ahora subiendo sin el Señor Rab-saces va un paso más allá, y con una afirmación audaz reclama el apoyo de Jehová. Tal vez pensó que su mentira recibiría algún crédito porque ya había podido reducir los pueblos alrededor de Jerusalén. Y si lo hiciera, se rompería un gran apoyo del coraje del rey. -Qué palabra tan temible fue esta. El resto no fueron más que grietas vanas: este fue un rayo para matar el corazón de Ezequías.

Si se pudiera haber creído a Rab-saces, Jerusalén no podría sino haberse abierto volando" (Bp Hall). Rab-saces conocería y usaría el nombre del Dios de Israel, sin considerarlo de otra manera que como una deidad local, tal como Asiria era de Asiria.

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