Los dos reinos están representados idealmente como ya existentes en Egipto. Esto no está tan lejos de la verdad. Las grandes tribus de Judá y Efraín desde el principio se mantuvieron separadas, y en su actitud ya estaban los gérmenes de los dos reinos, como aparece en el cántico de Débora. Sobre la idea del profeta de que en Egipto se practicaba la idolatría, cf. cap. Ezequiel 20:8 ; Ezequiel 16:26 .

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