rodearéis la ciudad . La escena que se presenciará desde los muros de Jericó se calculó de la manera más llamativa para apelar a la conciencia de todos los que la vieran:

( a ) Primero en procesión solemne debían avanzar hombres armados:

( b ) Luego seguirían siete sacerdotes tocando continuamente, no las trompetas de plata acostumbradas, sino grandes cuernos:

( c ) Así anunciado, iba a seguir el Arca de Jehová llevada por los sacerdotes:

( d ) Luego seguirían "la recompensa" de Israel.

Seis días duró esta extraña procesión que rodeó los muros de Jericó, dando vueltas en solemne silencio, salvo por los prolongados toques de los cuernos. Pero en el séptimo día, la ciudad debía ser rodeada siete veces, y en el séptimo el pueblo debía gritar, y se prometió que la ciudad "se derrumbaría", y su destrucción sería completa. "El arca de Dios, con las tablas de piedra del Sinaí escondidas en su interior, era el genio, casi diría el general, de esa misteriosa marcha: quedó claro por cada señal, que Dios, no el hombre, estaba trabajando.

Oficiaban sus sacerdotes, con los emblemas de fiesta, no de guerra "las trompetas del jubileo" en sus manos; delante de ellos huestes armadas anunciando, detrás de ellos huestes armadas asistiendo, el progreso del verdadero Campeón, el representante del Dios de las batallas, a cuya sola presencia se debía la victoria venidera". Dr. Vaughan's Heroes of Faith , p. 253.

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