El sumo sacerdote se quitaba ahora las vestiduras especiales con las que había realizado el servicio del día, y después de lavarse de nuevo, se ponía las vestiduras acostumbradas de los sumos sacerdotes ( Éxodo 28 ) y ofrecía los holocaustos. En Números 29:7-10 también se prescribe un becerro y siete corderos de un año. Según la tradición, estos se ofrecían después del carnero por Aarón, y el carnero por el pueblo.

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