Se supone comúnmente que este Salmo describe las bendiciones que fluían de la reunión de los israelitas en Jerusalén en las grandes fiestas religiosas. Tales reuniones eran una consagración de toda la nación; difundieron en él un espíritu de fraternal concordia; sostuvieron y avivaron la vida nacional al llevar a los individuos a la comunión con Jehová y unos con otros en el centro religioso de Su elección.

Por atractiva que sea esta visión, y por natural que haya sido aplicar el Salmo a estas reuniones, es cuestionable si fue la vista de ellas lo que inspiró al poeta. "Morar juntos" implica más que una estancia temporal de unos pocos días; y parece preferible relacionar el Salmo con los esfuerzos de Nehemías por repoblar Jerusalén ( Nehemías 11:1 ss.

). Presenta un ideal al que apuntar. Las viejas animosidades deben dejarse de lado. Los hermanos deben habitar juntos como deben hacerlo los hermanos. Una metrópolis fuerte y unida, a la vez el centro religioso y político del país, consagrará y vigorizará a toda la nación, y derramará bendiciones a través del cuerpo del cual es la cabeza.

Si el título de David pudiera considerarse auténtico, el Salmo podría referirse a la reunión de la nación después de las discordias civiles de los primeros años de su reinado. Sin embargo, falta en el Tárgum y en algunos manuscritos de la LXX y de Jerónimo, y el lenguaje del Salmo apunta a una fecha posterior al exilio para este como para los otros Salmos de la Ascensión.

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