La energía de la indignación del salmista les parece a muchos lectores una nota discordante: sin embargo, no es más que la forma limitada e imperfecta en la que expresa su intenso odio al mal. “El deber de mantener vivo en el corazón humano el sentimiento de ardiente indignación contra el mal moral, contra el egoísmo, contra la injusticia, contra la falsedad, tanto en nosotros como en los demás, es una parte tanto de la dispensación cristiana como de la judía. " Stanley, Lect. sobre la Iglesia Judía , 1. p. 216 (Lect. xi), citado por Kay.

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