Los aborrezco con odio absoluto: los considero mis enemigos.

Ver. 22. Los odio con un odio perfecto ] Es decir, sin fingir, y con un corazón redondo (dice uno), por esta única causa, que son hacedores de iniquidad. De Antonio se decía que odiaba a un tirano, no a la tiranía; y de Craso, odiaba al codicioso, no la codicia. Como puede decirse de un hipócrita, odia a los pecadores, no a los pecados; a estos alimenta, a los que censura. David no era tal; y sin embargo, como algo que desconfía de su propio corazón, piensa bien en agregar,

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