El Libro de las Alabanzas termina apropiadamente con este llamado lleno de tono a la alabanza universal con todo el acompañamiento de regocijo jubiloso. Puede haber sido compuesto como una doxología de cierre para todo el Salterio, correspondiente a las doxologías al final de los primeros cuatro libros; pero más bien parece haber sido pensado principalmente, como los otros Salmos de este grupo, para uso litúrgico, y haber sido colocado al final del Salterio debido a su idoneidad inherente.

"Este noble cierre del Salterio resuena con una clara nota de alabanza, como el final de todos los estados de ánimo y experiencias registrados en sus maravillosos suspiros y canciones. Lágrimas, gemidos, lamentos por el pecado, meditaciones en las profundidades oscuras de la Providencia, desmayos. la fe y las aspiraciones frustradas conducen a esto El Salmo es más que un final artístico del Salterio, es una profecía del último resultado de la vida devota, y en su sol sin nubes, así como en su universalidad, proclama el final seguro de los años fatigosos para el individuo y el mundo. -Todo lo que respira "alabará a Jehová" (Maclaren).

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