25-27. (25) " Cuando Pedro entraba, Cornelio le salió al encuentro, y se postró a sus pies y adoró. (26) Pero Pedro lo levantó y le dijo: Levántate. Yo también soy hombre. (27) Y conversando con él, entró y halló a muchos que se habían reunido. " No está de acuerdo con el carácter de Cornelio suponer que rindió a Pedro la adoración que se le debe a Dios. Pero la postración era la actitud común de acercarse a un superior, como todavía lo es en los países orientales, y Cornelio estaba cumpliendo con esta costumbre. A Pedro, sin embargo, le pareció que pretendía algo más, y de ahí la reprensión.

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