XI: 1–3. La escena novedosa que había ocurrido en Cesarea pronto se informó en todo el país. (1) “ Oyeron los apóstoles y los hermanos de toda Judea que los gentiles habían recibido la palabra de Dios. (2) Y cuando Pedro subió a Jerusalén, los de la circuncisión disputaron con él, (3) diciendo: Tú entraste en casa de hombres incircuncisos, y comiste con ellos. El prejuicio del que había sido librado Pedro todavía se aprovechaba de los corazones de sus hermanos judíos, incluidos los demás apóstoles.

El mismo cambio ha de ser obrado ahora en ellos que ya había sido efectuado en él. Pero no hay repetición, en su caso, de la visión y voces que habían ocurrido en el suyo. Por el contrario, nada se aplica a ellos sino lo que está contenido en las palabras de Pedro.

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