En el capítulo veintitrés, encontramos a aquellos a quienes se les restringió la entrada al templo. Los eunucos estaban prohibidos en el templo.

Un amonita o moabita estaba prohibido hasta la décima generación, por no ayudar a los hijos de Israel durante sus experiencias en el desierto, y porque contrataron a Balaam para que los maldijera. Y no debes buscar su paz o su prosperidad. Sin embargo, un edomita; siendo los descendientes de Esaú: y los egipcios; porque fuiste extranjero en su tierra. Pueden ser traídos a la congregación de Jehová en su tercera generación ( Deuteronomio 23:3-8 ).

Ahora, hay ciertas reglas de limpieza y saneamiento que se les dan aquí que son muy prácticas y no necesito leerlas o ensayarlas para usted.
Y en el versículo quince,

No entregarás a su señor el siervo que se ha escapado de su señor a ti. No habrá rameras de las hijas de Israel, ni sodomita entre los hijos de Israel. No traerás el precio de una ramera, ni el precio de un perro, a la casa de Jehová por ningún voto que quieras hacer a Dios; porque abominación es a Jehová tu Dios. No prestarás con usura a tu hermano; que sea de dinero, o de víveres, o de cualquier cosa que se preste con usura: a un extraño puedes prestar con usura; mas a tu hermano no prestarás usura, para que te bendiga Jehová tu Dios en todo lo que pusieres tus manos para hacer en la tierra a donde fueres.

Y cuando hicieres voto a Jehová tu Dios, no tardarás en pagarlo, porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios; y si no cumpliereis vuestro voto, sereis pecado. Lo que haya salido de vuestros labios, lo guardaréis y lo cumpliréis; la ofrenda voluntaria, como prometiste a Jehová, y prometiste con tu boca. Ahora bien, cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer todas las uvas que quieras; pero no pondrás nada en un recipiente para sacarlo de la viña ( Deuteronomio 23:15-24 ).

En otras palabras, vas a un campo, puedes comer todas las uvas que puedas sostener mientras estás en el campo, pero no puedes sacarlas del campo excepto en tu estómago.

Cuando entres en la mies de tu vecino, puedes arrancar las espigas con tu mano; pero no moverás la hoz a la de tu prójimo ( Deuteronomio 23:25 )

En otras palabras, lo que puedes llevar a cabo con tu mano, pero no debes llevar una hoz a su maíz en pie.
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