Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas. Jesús da tres parábolas en este capítulo para mostrar el amor de Dios por su creación. Un pastor que perdiera una oveja saldría a buscarla, aunque las noventa y nueve estuvieran a salvo. Se lo pone sobre los hombros. Una costumbre común. ¡Estoy tan feliz! ¡Esta es la actitud de Dios cuando se encuentra a un "perdido"! Todo siervo de Cristo debe compartir esta alegría cuando un pecador se vuelve a Dios.

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Antiguo Testamento