El capítulo 30 es el caso de los votos de las mujeres, que tiene referencia también a la suerte de Israel, quienes en verdad han tomado estos votos sobre sí mismos, a oídos de Dios, y Él no los ha anulado en Su gobierno aquí abajo; e Israel han seguido siendo responsables del voto con el que se han comprometido, y del cual, por otro lado, el precioso Salvador se ha visto obligado a tomar la carga sobre sí mismo.

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