Apocalipsis 6:7-8

Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: "¡Ven!" Y miré, y he aquí, venía un caballo pálido, y el nombre del que lo montaba era Muerte, y el Hades lo seguía; y se les dio potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con pestilencia y con las fieras de la tierra.

Al acercarnos a este pasaje, debemos recordar una vez más que no habla del fin final sino de las señales que lo preceden. Por eso es una cuarta parte de la tierra la que está envuelta en muerte y desastre. Este es un tiempo terrible, pero no es el tiempo de destrucción total.

El cuadro es sombrío. El caballo es de color pálido. La palabra es cloros ( G5515 ) que significa pálido en el sentido de lívido y se usa para una cara palidecida por el terror. El pasaje se complica por el hecho de que la palabra griega thanatos ( G2288 ) se usa en un doble sentido. En Apocalipsis 6:8 se usa para significar tanto muerte como pestilencia.

Juan estaba escribiendo en una época en que el hambre y la pestilencia devastaron el mundo; pero en este caso está pensando en términos proporcionados por el Antiguo Testamento que más de una vez habla de "los cuatro juicios dolorosos". Ezequiel escucha a Dios hablar del momento en que enviará sus "cuatro actos dolorosos de juicio sobre Jerusalén": espada, hambre, malas bestias y pestilencia ( Ezequiel 14:21 ).

En Levítico hay un pasaje que habla de los castigos que Dios enviará sobre su pueblo a causa de su desobediencia. Las bestias salvajes les robarán a sus hijos y destruirán su ganado y los reducirán en número. La espada vengará sus quebrantamientos del pacto. Cuando estén reunidos en sus ciudades, la pestilencia estará entre ellos. Quebrará el establo del pan y comerán y no se saciarán ( Levítico 26:21-26 ).

Aquí Juan está usando una imagen tradicional de lo que sucederá cuando Dios envíe su ira sobre su pueblo desobediente. Detrás de todo está la verdad permanente de que ningún hombre o nación puede escapar de las consecuencias de su pecado.

LAS ALMAS DE LOS MÁRTIRES ( Apocalipsis 6:9-11 )