2 Y lo será, cuando se acerquen. Dios comete el deber de exhortar a los sacerdotes, cuando haya llegado el momento del conflicto. Pero deducimos de las expresiones utilizadas que este pasaje es suplementario al Primer Mandamiento, ya que no contiene más que el sacerdote debe alentar a los israelitas a confiar, cuyo fundamento se declara como la ayuda de Dios para preservar y proteger constantemente la Iglesia, que una vez redimió. Además, les prohíbe sus miedos no solo en una palabra, sino que aglutina a muchos, "no se desmayen sus corazones, no teman y no tiemblen, ni se aterroricen". Con esto se nos recuerda lo difícil que es curar ese mal: el miedo, que de muchas maneras diferentes ataca y perturba nuestras mentes, para que no descansen en Dios. Y seguramente todos experimentamos que estamos tan preocupados por tantos asedios, que necesitamos múltiples remedios para establecer nuestra fe. También debemos observar la representación familiar de la presencia de Dios, que Él debe ir junto con Su pueblo, para salvarlos, a saber, si están expuestos al peligro no por su propia culpa, sino por la injusta agresión de sus enemigos

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