19. Ahora, por lo tanto, escriba esta canción. Parece absurdo que se aplique un remedio inútil a una enfermedad incurable. ¿Por qué Dios no corrige más bien su maldad, y por su Espíritu moldea sus corazones a la obediencia, que derramar palabras en vano en sus oídos sordos? Así, los hombres orgullosos y profanos se burlan de este modo de tratar con ellos, como si Dios, desechando su labor, estuviera engañando a los hombres infelices. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la predicación de la palabra, aunque es un salvador de muerte para los que perecen, sigue siendo un sacrificio de dulce salvador para Dios; ni debe considerarse desechado e ineficaz, cuando condena a los impíos cada vez más, y los hace completamente inexcusables. Y Dios declara expresamente que este sería el uso de la canción como "testigo" contra aquellos, de cuya boca debería proceder. Para algunos, de hecho, fue rentable para la salvación; porque, sometidos por el castigo, finalmente aprendieron de él que sus iniquidades eran la fuente y la causa de todos sus males. Porque, sin embargo, Dios puede redoblar los golpes de sus flagelos, los no creyentes, que no tienen instrucción, no obtienen ninguna ventaja de ellos. Por lo tanto, esta canción fue el medio de ayudar a los elegidos a buscar el arrepentimiento, cuando fueron golpeados por la mano de Dios. Aun así, aunque la palabra de Dios no debería hacer nada más que condenar a muerte a sus oyentes, sería suficiente para que fuera un dulce sabor para sí mismo. Parece de ninguna manera acorde con nuestra razón que Dios debería haberle dado este mandato a Isaías;

“Ve y dile a esta gente, oye de verdad, pero no entiendas; y veis de verdad, pero no percibís. Engorda el corazón de este pueblo, y sus oídos se vuelven pesados, y cierra los ojos, para que no vean con sus ojos, y oigan con sus oídos, y entiendan con su corazón, y se conviertan, y sean sanados, "(Isaías 6:9)

pero, con respecto a los juicios secretos de Dios, por los cuales todos nuestros sentidos deben ser abrumados, permita que la sobriedad sea nuestra sabiduría.

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