Ahora, pues, escribid este cántico para vosotros, y enseñadlo a los hijos de Israel; ponedlo en su boca, para que este cántico sea un testimonio para mí contra los hijos de Israel.

Ahora, pues, escribid este cántico. Los cánticos nacionales se apoderan de la memoria y tienen una poderosa influencia para conmover los sentimientos más profundos de un pueblo; y de acuerdo con el principio de la naturaleza humana, Moisés ordenó que se compusiera un cántico, sin duda bajo inspiración divina, que debía ser aprendido por los propios israelitas y enseñado a sus hijos en todas las épocas, y que contenía la sustancia de los discursos anteriores, con un tono muy adecuado para inspirar en la mente popular un fuerte sentido del favor de Dios a su nación.

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