23. Y le dio a Josué, hijo de Nul, un cargo. Cuanto más difícil era la tarea de Joshua, más necesario era que se lo alentara a esforzarse y tener cuidado con el fracaso. Por esta razón, su cargo se repite, aunque en su persona todos los demás fueron confirmados al mismo tiempo. Moisés lo basa en la promesa de Dios, que se ha mencionado tan a menudo; y dice que Joshua había sido elegido para completar el trabajo de liberación ya comenzado; porque era poco creíble que el discípulo no solo fuera superior a su maestro, sino que un hombre de posición humilde fuera elevado a la dignidad de la cual el profeta soberano y el ministro principal de Dios habían sido degradados, a menos que esto fuera hecho por El decreto y la ordenanza de Dios. Al mismo tiempo, sin embargo, lo hace confiar más en el resultado de su llamado, al prometerle que Dios, que fue el motor de esta expedición, estaría con él; porque Él tiene el poder de realizar cada obra para la cual nos ha designado a cualquiera de nosotros.

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