18. Y de Zebulun dijo. Compara dos tribus entre sí, que, aunque vecinos en posición, todavía eran muy diferentes; porque el que se dedicaba a actividades mercantiles, salía frecuentemente en varias direcciones; el otro se deleitaba más en la quietud y el reposo; y esto indica su gran variedad de condiciones, cuando le ordena a Zabulón que se regocije en sus expediciones, e Isacar en su reposo doméstico. Moisés confirma así la profecía de Jacob, quien dijo que Zabulón debería "habitar en el refugio del mar", para hacer viajes de tráfico; mientras que Isacar, como se deleita más en reposo, debe ser perezoso e inactivo, para no hacer objeciones contra el pago de tributo, a fin de comprar la paz. (Génesis 49:13.)

Supongo que se añade lo que sigue, como si Moisés hubiera dicho que su ubicación distante no debería impedirles ir con los demás a Jerusalén, con el propósito de realizar sus deberes religiosos. En el sentido de que estaban más alejados del templo, su celo en el servicio legal podría haberse enfriado. Aunque, entonces, habitaban en los límites más extremos de la tierra, Moisés dice que, sin embargo, deberían venir a ofrecer sacrificios a Dios. Por los pueblos, algunos entienden las otras tribus, lo que no parece en absoluto consistente; y otros, naciones extranjeras, a las cuales su relación comercial les dio acceso. Sin embargo, mi interpretación es simplemente que, aunque la duración del viaje debería invitarlos a quedarse en casa, deben exhortarse mutuamente a unirse al templo en grandes compañías. El final del versículo puede ser la declaración de una razón para esto, como si se dijera, que estarán más atentos al servicio de Dios, porque, enriquecidos por él, estarán deseosos de ofrecerle alabanzas. Y seguramente es un signo de gran ingratitud, cuando las bendiciones de Dios no nos estimulan a esforzarnos más fervientemente para agradecerle, en proporción a que él trata más liberalmente con nosotros. Al mismo tiempo, Moisés muestra que, considerando su gran riqueza, los gastos del viaje no serían de ninguna manera onerosos para ellos; porque, aunque su país no era muy fértil, su posición era aún más ventajosa para la adquisición de riquezas. Por lo tanto, cuando se dice aquí, "chuparán la abundancia de los mares", debe entenderse una antítesis entre los frutos de la tierra y los abundantes ingresos derivados de la mercancía. En el mismo sentido, se habla de "los tesoros escondidos en la arena". Por la exposición dada por algunos, que sus tesoros deben ser tan grandes como para esconderlos en la arena; y por otros, que las arenas sean tan prolíficas en plata y oro; y por otros, que deberían recoger lo que el mar debería arrojar, es pobre y vano. Mientras que, por lo tanto, otros deberían enriquecerse de sus tierras, Moisés dice, por una figura elegante, que las arenas de Zabulón deberían estar llenas de tesoros escondidos, a causa de su tráfico extranjero.

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