3. Y Moisés dijo: "Me apartaré ahora. Es cierto que su mente estaba dispuesta a mostrar respeto, no por imprudencia, sino por inspiración divina. Aunque aún no estaba acostumbrado a las visiones, percibe que este no es un espectáculo sin sentido, sino que contiene algún misterio que de ninguna manera debe descuidar y del cual fue llamado divinamente a conocer. En esto también debemos observar su docilidad, al apartarse para aprender. A menudo sucede que Dios se nos presenta en vano porque rechazamos con presunción tan gran misericordia. Aprendamos, entonces, por el ejemplo de Moisés, que cada vez que Dios nos invita a sí mismo con algún signo, debemos prestar atención diligente, para que la luz ofrecida no sea apagada por nuestra propia apatía. Pero al llamarlo una "gran vista", deducimos que fue enseñado por inspiración secreta sobre la profundidad del misterio, aunque aún era desconocido. De esta manera, Dios preparó su mente para la reverencia, (38) para que pudiera beneficiarse más rápido.

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