22. Dios subió de Abraham. Esta expresión contiene una doctrina provechosa, a saber, que Abraham ciertamente sabía que esta visión era de Dios; porque el ascenso aquí hablado implica tanto. Y es necesario que los piadosos estén completamente seguros de que lo que escuchan procede de Dios, para que no puedan ser llevados de un lado a otro, sino que dependan solos del cielo. Y mientras que Dios ahora, cuando nos ha hablado, no asciende abiertamente al cielo ante nuestros ojos; esto no debería disminuir nada de la certeza de nuestra fe; porque se ha hecho una manifestación completa de Él en Cristo, con lo cual es correcto que estemos satisfechos. Además, aunque Dios no asciende diariamente hacia arriba en forma visible, su majestad no es menos resplandeciente, sino que nos eleva hacia arriba transformándonos a su propia imagen. Además, le da suficiente autoridad a su palabra, cuando la sella en nuestros corazones con su espíritu.

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