1. Entonces Jacob siguió su camino (62) Moisés narra ahora la llegada de Jacob a Mesopotamia y la forma en que fue recibido por su tío; y aunque la narración pueda parecer superflua, no contiene más que lo que es útil saber; pues elogia la extraordinaria fuerza de la fe de Jacob al decir que levantó sus pies para entrar en una tierra desconocida. Nuevamente, nos insta a considerar la providencia de Dios, que hizo que Jacob se encontrara con los pastores, quienes lo llevaron al hogar que buscaba; porque esto no sucedió accidentalmente, sino que fue guiado por la mano oculta de Dios a ese lugar; y los pastores, que debían instruirlo y confirmarlo en todas las cosas, fueron llevados allí al mismo tiempo. Por lo tanto, cada vez que vaguemos en la incertidumbre a través de complicados recovecos, debemos contemplar, con ojos de fe, la providencia secreta de Dios que nos gobierna a nosotros y a nuestros asuntos, y nos conduce a resultados inesperados.

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