4. Y la serpiente dijo a la mujer. Satanás ahora avanza más audazmente; y como ve una brecha abierta ante él, se lanza en un asalto directo, ya que nunca suele participar en una guerra abierta hasta que nos exponemos voluntariamente ante él, desnudos e indefensos. Se acerca cautelosamente al principio con halagos; pero una vez que se ha colado entre nosotros, se atreve a exaltarse de manera petulante y con confianza arrogante contra Dios; tal como ahora, aprovechando la duda de Eva, penetra más profundamente para convertirla en una negación directa. Nos corresponde ser instruidos por muchos ejemplos para cuidarnos de sus trampas y, resistir a tiempo, para mantenerlo lejos de nosotros, para que no se le permita un acceso más cercano. Ahora, por lo tanto, no pregunta con dudas, como antes, si el mandamiento de Dios que se opone es verdadero o no, sino que acusa abiertamente a Dios de mentir, ya que afirma que la palabra por la cual se anunció la muerte es falsa y engañosa. ¡Tentación fatal! Cuando mientras Dios nos está amenazando con la muerte, no solo dormimos seguros, ¡sino que nos burlamos de Dios mismo!

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