54. Y llamó a sus hermanos para que comieran pan. Al recibir cortésmente a sus parientes, quienes previamente lo habían tratado mal, como sus invitados, Jacob mostró su bondad. Moisés también indica que fue por el favor especial de Dios que, después de la tormenta más temible que amenazaba al hombre santo con la destrucción, repentinamente brilló una serenidad apacible. A la misma causa se debe atribuir lo que sigue inmediatamente, que Labán se marchó de manera amistosa: porque de esta manera el Señor se manifestó abiertamente como el guardián de su siervo, ya que lo libró maravillosamente como a una oveja perdida de las fauces del lobo. Y realmente, no solo se aplacó la furia de Labán, sino que mostró afecto paternal, como si se hubiera transformado en un hombre nuevo.

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