4. Y le dieron a Jacob. Aunque el hombre santo tenía su casa en una adecuada subordinación, no dudo que todos obedecieron tan prontamente su mandato de desechar sus ídolos, influenciados por el temor al peligro. De ahí también inferimos lo importante que es despertarnos del letargo a través del sufrimiento. Sabemos lo pertinaz y rebelde que es la superstición. Si en un estado pacífico y alegre, Jacob hubiera dado algún mandato de este tipo, la mayor parte de su familia habría ocultado fraudulentamente sus ídolos; algunos, quizás, se habrían negado obstinadamente a entregarlos; pero ahora, la mano de Dios los impulsa, y con mentes dispuestas se arrepienten rápidamente. Es también probable que, de acuerdo con las circunstancias de la época, Jacob les haya predicado acerca del justo juicio de Dios para inspirarles temor. Cuando les ordena que se limpien, es como si les dijera: "Hasta ahora os habéis contaminado delante del Señor; ahora, viendo que nos ha mirado con tanta misericordia, limpiad esta inmundicia, no sea que él vuelva a apartar su rostro de nosotros". Parece, sin embargo, absurdo que Jacob haya enterrado los ídolos bajo un roble, en lugar de haberlos roto en pedazos y quemado en el fuego, como leemos que hizo Moisés con los becerros de oro (Éxodo 32:20,) y Ezequías con la serpiente de bronce (2 Reyes 18:4.) El hecho no se relata así sin motivo, sino que se señala la debilidad de Jacob, porque no había sido lo suficientemente previsor para el futuro. Y tal vez el Señor castigó su excesiva indulgencia y falta de firmeza previa, privándolo de prudencia o valentía. Sin embargo, Dios aceptó su obediencia, aunque tuviera algún resto de defecto, sabiendo que el designio del hombre santo era apartar los ídolos de su familia y, en señal de su repugnancia, enterrarlos en la tierra. Sin duda, los zarcillos eran emblemas de superstición, al igual que en la actualidad se observan innumerables bagatelas en el papado, a través de las cuales se manifiesta la impiedad.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad