36. Me has desconsolado. Jacob, de hecho, no acusa abiertamente a sus hijos del delito del asesinato de su hermano; Sin embargo, él está enojado como si, dos de sus hijos ya fueron llevados, se apresuraron a destruir al tercero. Porque él dice que todos estos males estaban cayendo sobre él solo; porque él no cree que se hayan visto afectados como deberían ser, ni haya compartido su dolor con él, sino que descuidando descuidadamente la destrucción de sus hermanos, como si no tuvieran ningún interés en sus vidas. Parece, sin embargo, extremadamente bárbaro que Rubén debería ofrecer a sus dos hijos a su padre para que los mataran, si no traía a Benjamin de vuelta. Jacob podría, de hecho, matar a sus propios nietos: ¿qué consuelo, entonces, podría tomar al actuar cruelmente en sus propias entrañas? Pero esto es a lo que antes aludí, que se sospechaba que habían tratado con pérfido a José; por eso Reuben consideró necesario calmar el miedo de su padre, con una protesta tan vehemente; y para dar esta promesa, que él y sus hermanos no estaban diseñando nada malo contra Benjamín.

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