Y su padre Jacob les dijo: Me habéis despojado de mis hijos; no está José, ni Simeón, y os llevaréis a Benjamín: todas estas cosas están contra mí.

Me habéis despojado. Esta exclamación indica un estado emocional dolorosamente excitado, y muestra lo difícil que es incluso para un buen hombre rendirse implícitamente al curso de la Providencia. El lenguaje no implica que sus hijos desaparecidos hayan sido víctimas de un juego sucio por parte de los demás, pero él mira a Simeón como perdido, al igual que a José; e insinúa que fue por unas declaraciones imprudentes de ellos que estuvo expuesto al riesgo de perder también a Benjamín.

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