22. Y Enoc caminó con Dios. Indudablemente, Enoc es honrado con una alabanza peculiar entre los hombres de su propia época, cuando se dice que caminó con Dios. Sin embargo, tanto Set como Enoc, Caín, Mahalaleel y Jared vivían entonces, cuya piedad fue celebrada en la parte anterior del capítulo. (254) Como aquella época no podía ser más ruda o bárbara, que tuvo tantos maestros excelentísimos, deducimos de aquí que la probidad de este santo varón, a quien el Espíritu Santo eximió del orden común, era rara y casi singular. Mientras tanto, se señala aquí un método para guardarse de dejarse llevar por los perversos modales de aquellos con quienes nos relacionamos. Porque la costumbre pública es como una violenta tempestad; tanto porque fácilmente nos dejamos llevar de aquí para allá por la multitud, como porque cada uno piensa que lo que comúnmente se recibe debe ser correcto y lícito; igual que los cerdos contraen comezón unos de otros; ni hay contagio peor y más repugnante que el de los malos ejemplos.

De ahí que debamos notar con mayor diligencia la breve descripción de una vida santa, contenida en las palabras: "Enoc caminó con Dios". Dejemos, pues, que los que quieran se gloríen de vivir según la costumbre de los demás; sin embargo, el Espíritu de Dios ha establecido una regla para vivir bien y rectamente, por la cual nos apartamos de los ejemplos de los hombres que no forman su vida y sus costumbres según la ley de Dios. Porque el que, despreciando la palabra de Dios, se entrega a la imitación del mundo, debe considerarse que vive para el diablo. Por otra parte (como acabo de insinuar), todos los demás patriarcas no están privados de la alabanza de la justicia; pero se nos ofrece un ejemplo notable en la persona de un hombre, que se mantuvo firme en la época de disipación más espantosa; para que, si queremos vivir correcta y ordenadamente, aprendamos a considerar a Dios más que a los hombres. Porque el lenguaje que Moisés emplea tiene la misma fuerza que si hubiera dicho que Enoc, para no dejarse arrastrar por las corrupciones de los hombres, tuvo respeto sólo a Dios; para que con una conciencia pura, como bajo sus ojos, pudiera cultivar la rectitud.

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