13. En el mismo día entraron Noé, Sem, etc. Sigue una repetición suficientemente detallada, considerando la brevedad con la que Moisés pasa por la historia del diluvio, pero de ninguna manera es superflua. Porque el designio del Espíritu era mantener nuestras mentes en la consideración de una venganza demasiado terrible para ser descrita adecuadamente por la mayor severidad del lenguaje. Además, aquí no se relata más que lo que es difícil de creer; por lo tanto, Moisés insiste más frecuentemente en estas cosas, para que, aunque estén muy lejos de nuestra comprensión, aún obtengan crédito en nosotros. Así, la narración sobre los animales se refiere a este punto: que por la fe del santo Noé fueron sacados de sus bosques y cuevas, y fueron reunidos en un solo lugar desde sus cursos errantes, como si hubieran sido guiados por la mano de Dios. Vemos, por lo tanto, que Moisés no insiste en este punto sin un propósito; sino que lo hace para enseñarnos que cada especie de animales fue preservada, no por casualidad, ni por la industria humana, sino porque el Señor ofreció a Noé mismo, de mano en mano (como se dice), cualquier animal que pretendía mantener con vida.

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