18. Cuando era de día. Lucas regresa ahora a Herodes y los soldados; y él dijo que no había un pequeño ruido entre ellos. Porque no podían sospechar que Peter fue arrebatado por la violencia, o que se le escapó un cambio sutil. Herodes examina el asunto después como juez; pero cuando se dio cuenta de que los soldados no tenían la culpa, él mismo también fue obligado a ser testigo de la liberación forjada por Dios. Mientras que él ordena que sean llevados fuera de su vista, o llevados a prisión, de ese modo podemos reunirnos, que su fidelidad y diligencia fueron aprobadas y vistas; porque si había habido alguna sospecha de negligencia, había un castigo preparado para ellos; pero la razón por la que no los dejó libres fue en parte furia, mezclada con crueldad tiránica y en parte vergüenza. Aunque algunos lo explican de otra manera, él ordenó que fueran castigados inmediatamente. (760) Y si, enojado, los entregó al verdugo o se contentó con castigarlos con prisión perpetua, es sin duda un excelente ejemplo de ceguera, que si bien debería percibir el poder de Dios, sí, aunque sus ojos estaban cerrados, no se dobla, ni se vuelve más manso, sino que procede a resistir a Dios de la malicia obstinada. De este modo, Satanás priva a los impíos de entendimiento, que al ver no ven; y el Señor, al herirlos con esta horrible sorpresa, se venga justamente a sí mismo y a su Iglesia.

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