44. Y cuando llegó el sábado. La gran asamblea del pueblo prueba que Pablo y Bernabé no merodeaban entre los sábados, y que no se esforzaban en vano con los gentiles; porque los estudios y los deseos de la gente habían estado tan preparados que todos querían saber todo el asunto con mayor seguridad, lo que esperaban que fuera, si se discutía entre los judíos. Porque podemos adivinar que, aunque fueron seducidos con un poco de sabor dulce, todavía no estaban completamente persuadidos para recibir la doctrina del evangelio sin dudar, (829) pero que entraron en la sinagoga en un dilema, (830) entre la esperanza y el deseo.

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