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3. Porque los judíos lo esperaban. El Señor ejerció a su siervo tan diversa y continuamente que puso ante nosotros en él un ejemplo de constancia excelente. No es suficiente para él estar cansado con el trabajo y los problemas de un viaje largo y agotador, a menos que también lo pongan en peligro su vida por aquellos que lo esperan. Que todos los siervos de Cristo pongan este espejo ante sus ojos, para que nunca se desmayen a través de la fatiga de los estrechos. No obstante, cuando Pablo viaja de otra manera para evitar su espera, muestra que debemos tener en cuenta nuestra vida tan lejos que no nos arrojemos de lleno en medio de los peligros. Y los que lo acompañan no dan un pequeño testimonio de su piedad; y vemos cuán preciosa era su vida para los fieles, cuando, como muchos elegidos de diversos países para ser sus compañeros, hacen por su bien un viaje duro y agudo, no sin grandes cargos. Lucas dice que Pablo se demoró en Philippos mientras duraran los días de los panes sin levadura, porque en ese momento tenía una mejor oportunidad para enseñar. Y ya que aún se desconocía que la ley fue anulada, tuvo que tener cuidado, no sea que descuidando el día de la fiesta, se pensara que entre los groseros era un contendiente de Dios. Aunque, por mi parte, creo que buscó principalmente la oportunidad de enseñar, porque los judíos estaban más atentos a aprender.

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