26. Sus puertas llorarán y lamentarán. De ahí surge el duelo de las puertas, que, según él, tendrá lugar cuando se hayan encontrado con sus calamidades; porque quiere decir que donde había grandes multitudes y multitudes, solo se encontrará una triste soledad. Sabemos que en ese momento se celebraron reuniones públicas en las puertas; y, por lo tanto, como las puertas a veces se alegran de la multitud de ciudadanos, se dice que lloran a causa de su espantosa desolación. Y, sin embargo, no niego que compare a Jerusalén con una mujer que está triste y que lamenta su viudez; porque era costumbre con los dolientes sentarse en el suelo, ya que esa nación tenía la costumbre de usar ceremonias y signos externos en un grado mayor que el que sería consistente con nuestras costumbres. Pero la suma del asunto es que la ciudad habrá perdido a sus habitantes.

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