12. Lo he dicho y lo he guardado. Este verso es una especie de recapitulación (ἀνακεφαλαίωσις) del precedente; porque Jehová nuevamente relata que él predijo eventos futuros, y que en realidad había logrado lo que predijo. Contar se relaciona con el conocimiento previo, y ahorrar se relaciona con el poder y la bondad. En una palabra, quiere decir que solo él es Dios, que sabe y hace todas las cosas. Aunque estas cosas fueron dichas a los judíos, háganos saber que también nos pertenecen; porque todas las predicciones que nos han llegado deben ser consideradas por nosotros como tantas pruebas tanto del conocimiento como del poder de Dios, para que podamos confiar en él solo.

Y no hay dios extraño entre ustedes. Para que las supersticiones puedan ser desterradas, y que él pueda ser elevado al trono de su doctrina celestial, nuevamente menciona que mostró su poder y dio muestras de su gracia, sin ser ayudado por nadie; y, por lo tanto, se deduce que aquellos que no estén satisfechos solo con él serán excesivamente ingratos y malvados. "En ese momento", dice él, "cuando no adorabas a ningún dios extraño, yo mostraba abierta y públicamente mi poder; y, por lo tanto, es ilegal otorgar a dioses falsos lo que me pertenece ". Y sin embargo, en estas palabras, no elogia tanto la piedad o la religión de la gente, ya que excluye toda ayuda extranjera; como si hubiera dicho que, si bien los judíos no conocían a ningún otro Dios, los milagros realizados por él eran tan numerosos y tan grandes, que era perfectamente evidente que nadie más que él es Dios. Al mismo tiempo, Isaías comenta que nuestra incredulidad impide que Dios muestre su poder entre nosotros. ¡Lejos, entonces, con todos los errores y todas las opiniones vacilantes y dudosas sobre Dios, si deseamos tener experiencia de su poder! porque si volvemos nuestras mentes a supersticiones o ídolos, indudablemente nos volveremos indignos de su ayuda y amabilidad.

Sois, pues, mis testigos. Por fin los vuelve a convocar como testigos, acusándolos de ingratitud y vergonzosa ingratitud, si ocultan lo que él les había dado a conocer en abundancia; porque cuanto mayor y más numerosos sean los testimonios por los cuales nos ha manifestado su poder y poder, tanto más estamos obligados a declararlos a otros.

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