15. El antiguo y honorable, él es la cabeza. Lo que había dicho alegóricamente sobre la cabeza y la cola lo explica con más claridad y sin figura. Él dice que los jefes son los príncipes y nobles que estaban a cargo de los asuntos públicos, y se sentaron al timón de la comunidad. A estos agrega los falsos profetas, y dice que se refieren a la cola. Pero él explica solo la primera parte del verso, y no dice nada sobre la rama y la caña. La razón por la cual los omitió se explica fácilmente. Lo es, porque tenía la intención de presionar más a aquellos que eran transgresores más atroces y que llevaron a otros a cometer pecado, como consecuencia de la influencia que obtuvieron de su alto rango. Él les da a los profetas el nombre de la cola, no porque fueran malos y despreciables, como algunos piensan; pero tenía la intención de denotar las partes más bajas de todo el cuerpo. Por cabeza quiere decir magistrados y jueces, y por la cola se refiere a falsos profetas, porque engañan e imponen a los hombres con falsedades e hipocresías, como si hubiera comparado a uno con leones u osos, y el otro con zorros.

Este pasaje nos advierte que no debemos dormir en nuestros pecados, porque la maldad y el despilfarro abundan en todos los rangos, y ninguna clase de hombres es sana o no está infectada; cuanto más abundan los vicios, tanto más se encenderá la ira de Dios contra lo más alto y lo más bajo. Deberíamos, especialmente en la actualidad, en medio de esa peste de todo tipo de males, temer no sea que, cuando la ira de Dios haya comenzado a arder, pueda consumir todo, alto y bajo.

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