Hemos dicho antes, que las supersticiones no pueden ser del corazón y rechazadas con valentía, excepto que se conozca al Dios verdadero; para los paganos, incluso cuando desaprobaban las opiniones de los vulgares, aunque razonaban en ambos lados, y no sabían nada seguro, y no tenían fe segura. Por lo tanto, es necesario que previamente tengamos un conocimiento del Dios verdadero. De ahí que los Profetas, cada vez que hablaban de ídolos, hablaban también del Dios verdadero; porque habría tenido poco propósito condenar estas locuras, excepto que representaban a Dios en su propia dignidad real. Por esta razón, el Profeta dice nuevamente que Dios, que es la porción de Israel, no es como los ídolos.

Él llama a Dios la porción de Israel, para poder preservar al pueblo en la pura verdad de la ley que habían aprendido y con la que habían sido favorecidos; y así él desvía la atención de los israelitas de todos los inventos de los hombres o de los paganos. La porción de Israel no es como los ídolos, ¿cómo es eso? Porque él es el primero de todas las cosas, es decir, el creador del cielo y la tierra. Luego dice: Israel es la vara de su herencia (16) La vara puede tomarse como una vara de medir; y creo que debería tomarse así, porque él menciona la herencia: porque tomó la comparación de la práctica común; como los hombres suelen medir campos y posesiones con una vara. Por lo tanto, dice: Israel es la vara, es decir, la vara de medir de su herencia. Concluye diciendo: Jehová de los ejércitos es su nombre.

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