Él confirma aquí lo que acabo de decir, que los judíos no debían ser castigados de una manera común, sino estar expuestos a una angustia extrema. Porque aunque todas las cosas pueden no estar con nosotros prósperas y de acuerdo con nuestros deseos, aún así los matrimonios aún pueden celebrarse, y puede quedar algo de hilaridad; aún podemos comer, beber y disfrutar de las necesidades de la vida, aunque no tengamos placeres; pero el Profeta muestra aquí que tal sería la devastación de la tierra, que no habría pensamientos acerca de los matrimonios, que cesaría toda hilaridad y alegría, que no habría preparaciones de comida, ni molienda de maíz, y eso, en En resumen, todas las fiestas que generalmente se celebran a la luz de las velas ya no se celebrarían. Aquí, entonces, describe a la vida esa devastación que había sido mencionada anteriormente. (131)

El Profeta sin duda condena indirectamente esa insensibilidad por la cual el diablo había poseído las mentes de la gente; porque aunque los profetas los amenazaron continuamente, sus exultaciones no tuvieron fin y no hubo moderación en ellos, de acuerdo con lo que dijo Isaías, quien se queja de tal desenfreno, que dijeron: “Festejemos, mañana moriremos; " y quien también dice

"Te he llamado a la tela de saco y las cenizas, pero fuiste al arpa y al banquete". ( Isaías 22:12)

Cuando, por lo tanto, el Profeta habla aquí de la voz de alegría y alegría, del ruido de las piedras de molino y de las lámparas, sin duda las reprende con su estúpida seguridad; porque no temían nada, y se creían seguros incluso cuando Dios se mostraba a sí mismo, como con una mano extendida, para ser su juez vengador. Sigue, -

10. Porque haré cesar de entre ellos La voz de júbilo y la voz de alegría, La voz del novio y la voz de la novia, La voz de la piedra de molino y la luz de la lámpara.

El momento de moler era la mañana; Lo más temprano en la mañana fue este trabajo, y se hacía todos los días. La hora de la luz de la lámpara era la tarde; cuando esto desaparece, es una evidencia de que no hay habitantes. - Ed.

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