33. Hijitos, pero un rato estoy con ustedes. Como era imposible que los discípulos no se entristecieran profundamente por la partida de su Maestro, les advierte que ya no estará con ellos y, al mismo tiempo, los exhorta a tener paciencia. Por último, para eliminar el deseo irrazonable de deseo, declara que no pueden seguirlo de inmediato. Al llamarlos niños pequeños, muestra, con esa gentil denominación, que su razón para alejarse de ellos no es que le importe poco su bienestar, porque los ama con mucha ternura. Es cierto que el objeto que tenía a la vista al vestirse con nuestra carne era que él podría ser nuestro hermano, pero con ese otro nombre expresa más fuertemente el ardor de su amor.

Como les dije a los judíos. Cuando dice que les repite lo que había dicho anteriormente a los judíos, esto es cierto en cuanto a las palabras, pero hay una gran diferencia en el significado; porque él declara que no pueden seguirlo, para que puedan soportar pacientemente su ausencia temporal, y, por así decirlo, los frena, eso; pueden permanecer en su oficina hasta que hayan terminado su guerra en la tierra; para que él no los excluya perpetuamente, como judíos, del reino de Dios, sino que solo les pida esperar pacientemente, hasta que los traiga, junto con él, al reino celestial.

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