12. Luego la banda de soldados y el capitán. Podría pensarse extraño que Cristo, que dejó a los soldados postrados en el suelo con una sola palabra, ahora se deja llevar; porque si por fin tenía la intención de rendirse a sus enemigos, ¿qué necesidad había de realizar tal milagro? Pero la demostración del poder divino fue ventajosa en dos aspectos; porque, primero, sirve para quitar la ofensa, para que no pensemos que Cristo cedió como si hubiera sido vencido por la debilidad; y, en segundo lugar, prueba que al morir fue completamente voluntario. Por lo que fue útil, por lo tanto, afirmó su poder contra sus enemigos; pero cuando era necesario obedecer al Padre, se contuvo para que se le ofreciera como sacrificio. Pero recordemos que el cuerpo del Hijo de Dios estaba atado, para que nuestras almas pudieran ser soltadas de las cuerdas del pecado y de Satanás.

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