5. Y había un hombre allí. El Evangelista recoge varias circunstancias, que prueban que el milagro puede ser confiado como cierto. La larga duración de la enfermedad había eliminado toda esperanza de curación. Este hombre se queja de que está privado del remedio del agua. Con frecuencia había intentado arrojarse al agua, pero sin éxito; no había hombre para ayudarlo, y esto hace que el poder de Cristo se muestre de manera más llamativa. Tal fue también la importancia de la orden de llevar su cama, que todos podrían ver claramente que no fue curado de otra manera que por la agencia de Cristo; porque cuando de repente se levanta sano y fuerte en todos los miembros en los que antes era impotente, un cambio tan repentino es el más adecuado para despertar y golpear las mentes de todos los que lo vieron.

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