Aquí menciona otro fruto de la paciencia, que los fieles, incluso cuando los malvados les hacen daño, aún estarían tranquilos y resignados. Porque hay muchos que se someten a Dios cuando perciben su mano; como, por ejemplo, cuando alguien padece una enfermedad, él sabe que es un castigo que proviene de Dios; cuando ocurre la pestilencia, o el hambre, por la intemperie del clima, se les aparece la mano de Dios; y muchos luego se comportan de manera adecuada: pero cuando un enemigo se encuentra con uno, y cuando está herido, instantáneamente dice: "Ahora no tengo nada que ver con Dios, pero ese enemigo malvado me trata con vergüenza".

Es entonces por esta razón que el Profeta demuestra que la paciencia de los piadosos debería extenderse a las lesiones de este tipo; y por eso dice: le dará la mejilla al golpeador y se llenará de reproches (188) Hay dos tipos de heridas; porque los malvados nos tratan con violencia o nos atacan con reproches; y el reproche es la más amarga de todas las cosas, e inflige una herida más grave en todas las mentes ingenuas. El Profeta, entonces, declara aquí que los hijos de Dios deben sufrir mansamente cuando son atacados violentamente, y no solo así, sino cuando los malvados los tratan con reproche. Esto, entonces, dice de paciencia. Ahora sigue otra confirmación, -

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