12. Y Moisés habló a Aarón y a Eleazar. A fin de que los sacerdotes no transgredieran por ignorancia, Moisés los amonestaba de su deber; y tal vez fue motivado por alguna razón inmediata para dar estos mandatos particulares en lugar de otros. Hasta el momento eran poco practicados en la observancia de los ritos; y lo que les había sucedido a sus hermanos debe haberlos puesto ansiosos. Ahora, esta consternación por la muerte de sus hermanos podría haber confundido tanto sus sentidos, que no podrían aplicarse con tanta compostura como deberían al servicio de Dios; y por lo tanto la ofrenda se habría hecho de manera incorrecta. Por lo tanto, para que su dolor no les moleste tanto como para evitar el debido desempeño de su cargo, les ordena comer lo que quedaba de la ofrenda de carne con los sacrificios quemados. De donde deducimos que se esforzó por evitar que transgredieran ese día como consecuencia de que sus mentes estaban ocupadas por su reciente dolor. Y para inducirlos a la obediencia, les presenta la autoridad de Dios, a lo que era apropiado que el sacerdocio estuviera sujeto, como fundado sobre él.

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