14. Y los fariseos, que eran codiciosos, escucharon todas estas cosas. Los que imaginan que Cristo fue ridiculizado por los fariseos, porque él eligió emplear un estilo sencillo y familiar, y no hizo uso de palabras hinchables, (302) do no comprende suficientemente lo que Lucas quiere decir. Los hombres arrogantes y desdeñosos, reconozco, ven la doctrina del Evangelio con desprecio; pero Lucas declara expresamente la razón por la cual Cristo fue objeto de su burla, que fueron codiciosos. Entretener una convicción firme y profundamente arraigada de que los ricos son felices, y que no hay nada mejor para los hombres que aumentar su riqueza con todos los métodos posibles, y fervientemente para proteger lo que han adquirido, rechazan como tontas paradojas (303) todos los dichos de Cristo que tenían una tendencia contraria. Y, ciertamente, cualquiera que hable de despreciar las riquezas, o de otorgar limosnas a los pobres, es considerado por los codiciosos como un loco. Las palabras de Horace sobre este tema son bien conocidas: (304) "La gente me silba, pero estoy muy satisfecho conmigo mismo". (305) Pero si, incluso cuando son condenados por la opinión universal, continúan halagándose, ¿cuánto más ridiculizarán como fábula esa filosofía de Cristo? que está muy lejos de la creencia ordinaria?

No tengo dudas de que los fariseos ofrecieron otra pretensión por ridiculizar y evadir una doctrina que se oponía a su vicio. Pero debemos prestar atención al motivo por el cual fueron activados; porque es una enfermedad que casi siempre prevalece en el mundo, que la mayor parte de los hombres afecta a despreciar lo que no entra con su moral corrupta. De ahí el ridículo, la broma y la alegría con que la palabra de Dios es frecuentemente atacada; porque cada hombre lucha en defensa de sus propios vicios, y todos imaginan que sus ingenios servirán para que una nube proteja su criminalidad.

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