44. Estas son las palabras. Aunque luego parecerá de Mateo y Marcos que se pronunció un discurso similar a este en Galilea, sin embargo, creo que es probable que Lucas ahora relate lo que sucedió el día después de su resurrección. Por lo que Juan dice de ese día, que él respiró sobre ellos, para que pudieran recibir el Espíritu Santo, (Juan 20:22) está de acuerdo con las palabras de Lucas que aquí siguen inmediatamente, que les abrió el entendimiento, que ellos podrían entender las Escrituras. Con estas palabras, Cristo reprende indirectamente su olvido grosero y vergonzoso, que, aunque habían sido informados por completo de su futura resurrección, estaban tan asombrados como si nunca se les hubiera mencionado. La importancia de sus palabras es: “¿Por qué dudan como si esto hubiera sido un hecho nuevo e inesperado, mientras que es solo lo que les predije frecuentemente? ¿Por qué no recuerdas mis palabras? Porque si hasta ahora me has considerado digno de crédito, esto debería haberte sabido por mis instrucciones antes de que sucediera. En resumen, Cristo se queja tácitamente de que su trabajo ha sido arrojado a los apóstoles, ya que su instrucción ha sido olvidada.

Todas las cosas que están escritas acerca de mí. Ahora los reprende con mayor dureza por su lentitud, al declarar que no presentó nada nuevo, sino que solo les recordó lo que habían sido declarados por la Ley y los Profetas, con los que deberían haber estado familiarizados desde su infancia. Pero aunque habían ignorado toda la doctrina de la religión, nada podría haber sido más irrazonable que no abrazar fácilmente lo que sabían que indudablemente procedía de Dios; porque era un principio admitido por toda la nación, que no había religión sino lo que estaba contenido en la Ley y los Profetas. La división actual de las Escrituras es más copiosa que la que encontramos en otros pasajes; porque, además de la Ley y los Profetas, agrega, en tercer lugar, los Salmos, que, aunque podrían haberse considerado con propiedad entre los Profetas, tienen algo distinto y peculiar para ellos. Sin embargo, la división en dos pares que hemos visto en otros lugares (Lucas 16:16; Juan 1:45) abarca a pesar de toda la Escritura.

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